La oración es el aspecto más importante en la vida del Cristiano; lamentablemente es también lo que más descuidamos. Es imposible caminar en el poder y sabiduría de Dios sin desarrollar una vida de oración. Me fascina el estudiar sobre grandes hombres y mujeres de Dios, en la historia del Cristianismo, que pudieron desarrollar la extraordinaria disciplina de la oración. Estos fueron hombres y mujeres con una peculiar hambre y sed de Dios.
En estos días he estado estudiando la vida de hombres como William J. Seymour, John Wesley, Evan Roberts y otros. Estos hombres tenían algo en común; eran hombres que vivían vidas consagradas a la oración. Permíteme preguntarte: ¿Cómo está tu vida de oración? Si eres Cristiano verdadero, la oración es lo más importante en nuestras vidas; más importante que nuestras esposas, nuestros hijos, nuestros trabajos, etc. Lamentablemente, utilizamos las tareas y preocupaciones de la vida como excusas para no orar.
La oración envuelve muchas cosas; en mi vida de oración lo menos que disfruto es hablar; me gusta cantarle a Dios, pero el hablar no mucho. Después de todo, ¿Qué es más importante, lo que yo le diga a Dios, o lo que Él me diga a mi? Sí le hablo, sí le digo que lo amo, sí le alabo, le presento mis quejas, mis peticiones, mis batallas, sí intercedo por otros, pero lo que más disfruto en la oración es la paz del silencio y escuchar la voz de Dios en mí corazón y a través de Su Palabra. También disfruto el leer sobre todo lo que me dé información sobre los grandes Avivamientos del mundo; dichos testimonios avivan mi fe.
Mas tenemos que tener mucho cuidado, ya que existen elementos que pueden afectar nuestras oraciones grandemente. Elementos que pueden hacer de nuestras oraciones vanidad y perdida de tiempo. Si en este momento estás batallando con alguno de estos elementos que voy a mencionar, no te preocupes, pídele a Dios que te ayude y te de fuerzas para poder romper con las paredes que bloquean tus oraciones. En el libro de Marcos 11:22-26 el Señor Jesús nos dice lo siguiente:
“22 Y respondiendo Jesús, les dice: Tened fe en Dios. 23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere á este monte: Quítate, y échate en la mar, y no dudare en su corazón, mas creyere que será hecho lo que dice, lo que dijere le será hecho. 24 Por tanto, os digo que todo lo que orando pidiereis, creed que lo recibiréis, y os vendrá. 25 Y cuando estuviereis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que vuestro Padre que está en los cielos os perdone también á vosotros vuestras ofensas. 26 Porque si vosotros no perdonareis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.”
En estos versos vemos dos elementos que afectan nuestras oraciones grandemente:
- La Falta de Fe: Hermanos, tenemos que orar creyendo. Estos montes representan situaciones en nuestras vidas que son imposibles de resolver sin el poder de Dios. Es bueno aceptar que no podemos resolver estas situaciones en nuestras propias fuerzas, pero tenemos que creer que Dios sí puede. Dios es el Dios de los imposibles. La Biblia nos dice en el libro de Hebreos 11:6 que sin fe es imposible agradar a Dios.
- La Falta de Perdón: La falta de perdón es una violación directa al Evangelio de Cristo y refleja la arrogancia de nuestro corazón. Tenemos que recordarnos los unos a los otros que todos fuimos pecadores y que aún hoy día, aún siendo salvos, el pecado nos domina de diferentes formas ya que los deseos de la carne siguen vivos en nuestros adentros. Nadie es mejor que nadie…pecado es pecado. Si Cristo nos perdonó siendo Él inocente, ¿Cómo es posible que nosotros no perdonemos siendo nosotros culpables?
Queridos hermanos, se acercan tiempos aún peor de los que vemos hoy día; sin la oración nuestra fe flaqueará. Los animo a vivir vidas consagradas en la oración. Sepárate con Dios, toma tiempo en Sus Escrituras, aliméntate de los testimonios de otros para que crezca tu fe, háblale a Dios, vacía tu alma con Él, pero más que todo, escúchale…una palabra de Dios podría cambiar tu vida para siempre.
Si desea comunicarse personalmente con el Pastor Ángel Casiano puede escribirle a su correo electrónico angecasiano@aol.com o déjenos un mensaje. Que Dios los bendiga.
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