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 Dedos Sangrientos

Por Angel Casiano

Sangran mis dedos mientras escribo

estas palabras.

Las almas se pierden en la mentira de las promesas

del mundo y en el engaño de la religiosidad humana.

¿Por qué no miran a Cristo?, ¿Por qué se conforman

con un soplido de tu aliento oh Padre y no claman

por el poder de tu gloria?

Avívanos que morimos en nuestro fango, aviva

tu pueblo oh Jehová.

Sangran mis dedos mientras escribo

estas palabras. Tiroteos se escuchan en las esquinas,

mataron al hijo de María, dicen las voces de mi barrio.

Mujer Acecinada en Manos de su Esposo Mientras los

Niños Gritaban en Terror, nos dice la primera plana del periódico.

Las drogas celebran la membrecía de una víctima más.

Ha caído en cama Roberto aquel que fue pelotero y

Aquel que atleta y aquel que fue un gran amigo en la Superior. Se fue para los

estados y allá lo engatusó el alcohol, el cigarrillo y

su hermana la droga.

¿Se enteraron? Murió Guillermo de una sobredosis, sin tan

siquiera llegar a los treinta.

En el caserio de Yauco

mataron a dos anoche anuncia una abuelita nerviosa.

La gente no quiere salir de noche…tienen miedo…nadie

sabe nada… nadie dice nada.

Sangran mis dedos mientras escribo estas palabras.

El rico se sienta seguro, en arrogancia habla de su fortuna;

mas esa misma noche lo encontraron muerto en la

sala de su casa con una bala que traspasó su cabeza. El rico

se quitó la vida porque lo consumió la falta de esperanza.

La depresión se come las mentes de mi pueblo;

la violencia los lleva a levantarse con ira descontrolada.

Otro niño murió en África apretándose el estomago;

su piel marcaba los huesos de su cuerpo mientras

tomaba sus últimos suspiros de hambre, sed y de cansancio.

Mis ojos ya no aguantan tanta injusticia, tanto dolor

y tanta pena. Sangran mis dedos mientras escribo

estas palabras…

Oh Padre, aviva tu pueblo, quebrántanos oh Dios,

úngenos para buscarlos, para correr detrás de las almas,

para anunciar las buenas noticias de tu gracia, de la vida

en ti, de verdad, de tu compasión, de tu misericordia,

de tu santidad y de tu incomparable amor.