Imagínate tener una esposa con la cual nunca hablas. Imagínate tener hijos e hijas los cuales nunca ves. ¿Podrías desarrollar una amistad profunda con alguna persona sin ningún tipo de comunicación ni contacto? Lamentablemente, esto describe la relación que muchos tienen con Dios.
¿Te podrías imaginar como padre o como madre que siempre que tus hijos te hablaran te hablaran solo para pedirte algo? Lamentablemente, esta es la relación de muchos con Dios.
Hay otros que tratan de tener una relación con Dios solo a través de libros escritos por otros. Entiende que yo recomiendo que el Cristiano lea lo que otros Cristianos, de buena reputación, escriben sobre diferentes temas.
A mi mismo me agrada leer y escribir para conocimiento propio y para bendecir a mis hermanos. Mas libros y artículos son solo herramientas que no deben tomar el lugar de tu relación directa e individual con Dios. Nuestra relación con Dios no puede ser delegada.
Estos son tiempos muy difíciles y de gran confusión. La Palabra de Dios debe ser la que confirma o no cualquier argumento o cualquier situación que estemos confrontando, no lo que diga este o lo que diga este otro.
La palabra de Dios no necesita ningún otro libro ni la opinión de ningún hombre. Jesús es la Palabra y nadie se podrá nunca comparar a la excelencia de dicha palabra.
Los Mormones han establecido que El Libro de los Mormones tiene tanta autoridad como la Biblia, los Musulmanes también establecen lo mismo con su libro, el Corán. Estos son mentiras del diablo.
Desarrolla tu relación con Dios, conoce la verdad por ti mismo. Escucha de Dios y confirma que lo que oyes es de Dios. No todo lo que escuchamos es de Dios. Toda palabra que escuchamos debe ser confirmada a boca dos o tres testigos maduros en el Señor y también se debe confirmar a través de la Biblia. Si lo que escuchaste contradice la Biblia, eso no es de Dios.
No hay otra relación en el mundo más importante. No hay otra relación en el mundo que pueda satisfacer tu alma.
¡Dios te ama¡ ¿Tienes una relación con Él? El espera por ti; Él es el único Dios que quiere hablar directamente contigo; Él es el único que se humilló y dio su vida por ti. Ahora mismo, ahí en donde estás, si no le conoces personalmente, repite estás palabras,
“Oh Señor Jesús, perdóname por mis pecados. Me arrepiento ahora mismo. Ven a mi corazón, habita en mi, dame tu precioso Espíritu Santo y recíbeme en la familia de Cristo. Ven y toma control de mi vida y enséñame tus caminos.”
Para ti que ya eres Cristiano, comienza a darle las gracias a Dios y alábale.
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