
Sinceramente estoy arto de la hipocresía y, la paralela ignorancia que responde a la misma. Ninguno de estos dos partidos, ni el Republicano, ni el Democrático, les importa un comido el bienestar educativo, social, moral, financiero, ni mucho menos espiritual del Latino.
Hermanos, por un lado tenemos un partido republicano que nos ha mostrado que no nos quiere. Creo que están convencidos de que este país sería mejor sin nosotros. Este es un partido, que en su ala ultra-conservadora, se olvidan o ignoran las atrocidades que este país ha cometido a través de la historia.
Hoy día quieren hablar mucho de inmigración ilegal, pero se olvidan que menos de 150 años atrás ellos le robaron, como abusadores que eran, más de la mitad del territorio a la nación mejicana. La guerra de Mexico contra los Estados Unidos fue provocada por los Americanos en su convencimiento arrogante de que ellos eran llamados por Dios ha extender su territorio hasta el Océano Pacífico. Mira lo que nos dice, http://www.history.com/topics/mexican-american-war
“The Mexican-American War (1846-1848) marked the first U.S. armed conflict chiefly fought on foreign soil. It pitted a politically divided and militarily unprepared Mexico against the expansionist-minded States had a “manifest destiny” to spread across the continent to the Pacific Ocean.”
Dicha arrogancia continúa aún hoy día con la constante promoción del “American Exceptionalism”. Esta es una forma de establecer claramente su creencia de que son mejores que los demás. Una posición totalmente anti Bíblica.
Esto me lleva a los demócratas. A los demócratas les importa un comino el pueblo Latino, pero ellos son más inteligentes, políticamente hablando, que los Republicanos. Los demócratas saben que nuestro voto es crucial para ganar elecciones. Los Hispanos se han convertido en la minoría más grande en los Estados Unidos y, parece ser, que se están envolviendo más en el proceso político.
Entonces, ¿qué nos ofrece el partido demócrata? Una continua y creciente dependencia en programas federales.
Mientras un partido nos rechaza, el otro nos trata como si no tuviéramos la capacidad de crecer sin la ayuda de programas federales. El 8 de enero del año 1964 el presidente demócrata Lyndon B. Johnson le declaró la guerra a la pobreza pasando una legislatura con dicho nombre, “The War on Poverty”. Más de cincuenta años después de dicha histórica firma, los Latinos y los negros somos los dos grupos más pobres en casi todos los estados de los Estados Unidos.
Pero mi esperanza no viene de ninguno de estos partidos. Ni Hillary Clinton ni Donald Trump pueden mejorar o empeorar mi vida. Mi esperanza la encuentro en la promesas de Dios y en su voluntad santa para nosotros. Los dejo con estas palabras,
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” Jeremías 29:11 (RVR 1960)
Leave a Reply