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Las palabras que voy a escribir hoy van dirigidas, no a los perdidos, sino al Cuerpo de Cristo. Si eres Cristianos me gustaría que leyeras estas palabras cuidadosamente y que te tomes la libertad de responder a lo que aquí pretendo establecer.

         Hermanos, la salvación no nos costó absolutamente nada. La salvación es un regalo precioso de Dios. Efesios 2:9 nos dice, porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe,” Reina-Valera 1995 (RVR1995)

         No hay nada que nosotros podamos hacer que nos haga merecedores de semejante salvación. Todos estamos podridos en diversidad de pecados, algunos más obvios que otros, pero el pecado es pecado. La Biblia nos dice que si violamos aún una tilde de la ley somos culpable de la violación de toda la ley.[1] La Biblia también nos asegura que no hay nadie que sea considerado bueno ante los ojos de Dios, todos somos pecadores.[2]

         El punto que estoy tratando de establecer es que nadie se salvará por obras; las buenas obras del perdido son como trapos de inmundicia delante de Dios.[3] Ahora, una ves somos salvos nuestra relación con las obras cambia.

         Existe un evangelio irresponsable que establece que como Cristianos no estamos llamados a hacer nada que requiera esfuerzo de nuestra parte. Este tipo de actitud es más prominente entre la ala carismática del Cuerpo de Cristo. Si se ofrece una clase que intenta discutir en detalle, las doctrinas básicas der la Iglesia; el rechazo a la misma y la justificación por dicho rechazo es que todo lo que necesitamos aprender lo aprendemos del Espíritu Santo. Esto es parcialmente cierto; digo parcial porque los que usan este tipo de expresión asumen que todo lo que escuchan o todo lo que aprenden es de Dios. Esto no es así ya que Pablo nos dice que por boca de dos o tres testigos se decida todo asunto.[4] No todo lo que oímos es del Espíritu Santo.

         La ala carismática de Iglesia tiende a rechazar cualquier tipo de educación Bíblica formal. Lo ven como una violación a la fe. El énfasis viene a ser la manifestación del Espíritu, el uso de los dones y la bendición de Dios. El problema es que se están predicando muchas herejía. El énfasis viene a ser las emociones, lo visible y como nos sintamos; el énfasis ya no es la sana doctrina. Santiago nos dice,

 

         “Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice     que tiene fe y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarlo? 15 Y si un hermano o una hermana están desnudos y      tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 16 y      alguno de vosotros les dice: «Id en paz, calentaos y        saciaos», pero no les dais las cosas que son          necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? 17 Así   también la fe, si no tiene obras, está completamente      muerta. 18 Pero alguno dirá: «Tú tienes fe y yo tengo      obras. Muéstrame tu fe sin tus obras y yo te mostraré mi fe por mis obras.”[5]

 

         Dios es el único que puede transformar una vida, mas El demanda que vivamos vidas en santidad.[6] El ser santos es el ser personas separados para su gloria; personas que operan en esta vida no como el mundo, mas de acuerdo a las formas de Dios. Mateo 7:19 nos dice, “Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.” (Reina Valera 1995).

         Hermanos, uno de los problemas más grandes que tenemos en la Iglesia es que nos parecemos al mundo. Desde la forma de gobernar la Iglesia, la música, aún las prédicas que deben ser centradas en la Biblia, están más centradas en filosofías mundanas y materialismo. Hermanos, necesitamos el fuego del Espíritu Santo, la manifestación de Su gloria, el alabar a Dios con libertad. Mas también debemos recordar que Jesucristo se pasaba la mayor parte de su tiempo enseñando. Los Apóstoles enfatizaban mucho en la sana doctrina.

         Mi corazón es poder juntar estas dos alas, la pasión del pentecostal con la disciplina de la ortodoxia. Levantar un pueblo que no solo lea la Palabra, mas que la estudie.[7] Un pueblo que tenga pasión para crecer en gracia y en el conocimiento de Jesús.[8]

         Hermanos, dejemos las irresponsabilidades y las perezas espirituales. Estudiemos la Palabra, permitamos que nuestra teología sea retada, crezcamos y esforcémonos con la ayuda de Dios. Reconozcamos que solo conocemos en parte, mas estemos preparados para,

“…presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.” Primera de Pedro 3:15 (RVR1995)

[1] Santiago 2:10

[2] Romanos 3:10 / Eclesiastés 7:20 / Romanos 3:23

[3] “pues todos nosotros somos como cosa impura,

todas nuestras justicias como trapo de inmundicia…” Isaías 64:6 Reina-Valera 1995 (RVR1995)

[4] 2 Corintios 13:1

[5] Santiago 2:14-18 (Reina Valera 1995)

[6] Primera de Pedro 1:16

[7] 2 Timoteo 2:15

[8] 2 Pedro 3:18

One response to “El Evangelio Irresponsable”

  1. Es mensaje es lo que siempre deseamos escuchar de la boca de predicadores maduros y firmes en la palabra. Comparto tu pasión y amor por la palabra y por la revelación del espíritu, pero sobre todo la búsqueda de unir lo espiritual y la doctrina. Abrazos

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