La ala Pentecostal y carismática del cuerpo de Cristo busca señales y prodigios. Si el predicador no se echa un grito cuando predica, si no habla en lenguas, si nadie se cae bajo el poder del Espíritu Santo o si nadie tiembla, se concluye que Dios no estuvo en su servicio.
Ese afán por expresiones carismáticas o visibles nos han llevado a convertirnos en expertos en lo que a controlar emociones se refiere. Si queremos que la gente brinque y tiemble, le damos duro y rápido a la percusión. Si queremos que la gente llore, entonces recurrimos al piano, la guitarra y la melodía suave y dulce que provoque dichas lágrimas.
Yo no tengo ningún problema con que expresemos nuestro amor a Dios de forma visible ya sea a través de una danza, una canción y adoración a Dios avivada. No me importa si te sientes con deseos de correr o gritar, levantar tus manos mientras declaras tu amor a Dios, etc. No tengo problema con que se ore por los enfermos; yo creo en la sanidad divina.
El problema que estoy viendo es que estamos poniendo tanto énfasis en la expresiones carismáticas que nos estamos olvidando de la sana doctrina. Lo cierto es esto, si alguien ora por mi para que yo sea sanado de la diabetes, mas después de ser sanado yo sigo comiendo exceso de arroz, pan, pasta y todos esas comidas y bebidas altas en azúcar y carbohidratos es cuestión de tiempo antes de que vuelva a sufrir de diabetes.
La Iglesia en los tiempos de los apóstoles originales tenía unas poderosas características.
43 Y toda persona tenía temor: y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.
44 Y todos los que creían estaban juntos; y tenían todas las cosas comunes;
45 Y vendían las posesiones, y las haciendas, y repartíanlas á todos, como cada uno había menester.
46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y con sencillez de corazón,
47 Alabando á Dios, y teniendo gracia con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día á la iglesia los que habían de ser salvos. Hechos 2:43-47 (Reina Valera Antigua)
Esta era una Iglesia que se caracterizaba por:
- El temor de Jehová entre ellos. (Verso 43)
- Las maravillas y señales que Dos hacía a través de los apóstoles. (Verso 43)
- Unidad (Verso 44)
- La confianza que le tenían al liderazgo de la Iglesia. (Verso 45) (Hechos 4:34-35)[1]
- Su alegría (Verso 46)
- Su simpleza (Pureza, sinceridad) (Verso 46)
- Su alabanza a Dios (Verse 47)
- Su favor para con Dios y los hombres. (Verso 47)
- Su crecimiento en términos de nuevas almas las cuales eran salvas por Dios. (Verso 47)
¿Qué iglesia no quisiera disfrutar de características tan poderosas? Nótese que no mencioné el verso 42; “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, y en la comunión, y en el partimiento del pan, y en las oraciones.” (RVA) Esto se debe a que el Señor me mostró que estas características fluyen única y exclusivamente cuando:
- La Iglesia persevera en la Doctrina de los Apóstoles y (Profetas[2]):
- No hay nada más importante después de la salvación que el aprender las doctrinas apostólicas y lo fundamentado por los profetas.
- Esto es el estudio del Viejo y el Nuevo Testamento
- Sin dichas doctrinas nada de lo que aprendamos será fundamentado apropiadamente.
- El fundamento de las enseñanzas apostólicas están claramente mencionadas en Titos 2.[3]
- La Iglesia es realmente una familia:
- Tiene comunión los unos con los otros, comen juntos y oran juntos.
Queridos hermanos, queremos señales, prodigios, sanaciones y milagros, pero insistimos en esta Iglesia americanizada que nos está robando el experimentar lo que verdaderamente Dios tiene para nosotros como Iglesia. Tenemos que tomar en serio la Palabra de Dios y rechazar todas esas doctrinas y tradiciones de hombre. Tenemos también que reconocer que somos llamados a mucho más que un servicio los Domingos, somos familia.
He dicho muchas veces que la Iglesia necesita ser reformada, pero creo que el Presbítero José Bosque tiene mucha razón cuando nos dice que la Iglesia necesita una revolución. Seamos partes de esa revolución.
[1] “Que ningún necesitado había entre ellos: porque todos los que poseían heredades ó casas, vendiéndolas, traían el precio de lo vendido, 35 Y lo ponían á los pies de los apóstoles; y era repartido á cada uno según que había menester.” Hechos 4:34-35 (RVA)
[2] “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino juntamente ciudadanos con los santos, y domésticos de Dios; 20 Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo; 21 En el cual, compaginado todo el edificio, va creciendo para ser un templo santo en el Señor:” Efesios 2:19-21 (RVA)
22 En el cual vosotros también sois juntamente edificados, para morada de Dios en Espíritu.” Efesios 2:19-22 (RVA)
[3] “EMPERO tú, habla lo que conviene á la sana doctrina:
2 Que los viejos sean templados, graves, prudentes, sanos en la fe, en la caridad, en la paciencia.
3 Las viejas, asimismo, se distingan en un porte santo; no calumniadoras, no dadas á mucho vino, maestras de honestidad:
4 Que enseñen á las mujeres jóvenes á ser predentes, á que amen á sus maridos, á que amen á sus hijos,
5 A ser templadas, castas, que tengan cuidado de la casa, buenas, sujetas á sus maridos: porque la palabra de Dios no sea blasfemada.
6 Exhorta asimismo á los mancebos á que sean comedidos;
7 Mostrándote en todo por ejemplo de buenas obras; en doctrina haciendo ver integridad, gravedad,
8 Palabra sana, é irreprensible; que el adversario se avergüence, no teniendo mal ninguno que decir de vosotros.
9 Exhorta á los siervos á que sean sujetos á sus señores, que agraden en todo, no respondones;
10 No defraudando, antes mostrando toda buena lealtad, para que adornen en todo la doctrina de nuestro Salvador Dios.
11 Porque la gracia de Dios que trae salvación á todos los hombres, se manifestó.
12 Enseñándonos que, renunciando á la impiedad y á los deseos mundanos, vivamos en este siglo templada, y justa, y píamente,
13 Esperando aquella esperanza bienaventurada, y la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo.
14 Que se dió á sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y limpiar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
15 Esto habla y exhorta, y reprende con toda autoridad. Nadie te desprecie.”
Reina-Valera Antigua (RVA)
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