Creo que es importante el establecer que la verdad no es cuestión de opiniones e individualismos, culturas, etc. La verdad es real, existe, es tangible, ha existido y existirá siempre. Juan 1:14 nos dice, “Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad; y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre.” Reina-Valera 1995 (RVR1995).
Cuando yo era chamaco criándome en Puerto Rico, escuché muchas veces que los que leen la Biblia se vuelen locos. ¡Qué acusación tan asquerosa y descarada! La Biblia es el libro más poderoso en la historia de la humanidad. Lo que hace este libro tan poderoso es precisamente el hecho de que es la Palabra de Dios.
No niego que hay conceptos que son difíciles de entender; de hecho, muchos de los conceptos en la Biblia son imposibles de entender si todavía no has experimentado el nuevo nacimiento. Jesucristo lo explicó de esta manera, “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; 4 esto es, entre los incrédulos, a quienes el dios de este mundo les cegó el entendimiento, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.” Segunda de Corintios 4:3-4 (RVR1995).
Esta ceguera del mundo, continuamente abre puertas a confusión y ha opiniones baratas. Solamente en Jesucristo encontramos la absoluta verdad. La verdad no se encuentra en partidos políticos, figuras de televisión, los famosos, célebres, ni aun en los que son altamente educados; si quieres encontrar la verdad abre tu corazón a Cristo y su Palabra.
Ha esta lista debo también añadir que Dios no se somete a ninguna denominación. Toda denominación que abandona la Palabra como la fuente de verdad absoluta es una denominación que se ha infectado y apartado del camino de justicia. Son precisamente estas denominaciones las que Satanás utiliza con más fuerza para traer confusión al Cuerpo de Cristo, es un ataque que emerge desde nuestros propios púlpitos.
Nosotros los discípulos de Cristo traemos nuestras biblias a nuestras reuniones; no de adorno, pero para confirmar que lo que dice el predicador está claramente confirmado en las Escrituras. La pregunta clave que te hago es esta, ¿En qué está basada tu vida, en opinión o en verdad?
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