Podemos “ir a la Iglesia”, servir en ministerios, hacer buenas obras, estudiar la Biblia, enseñarla y predicarla, mas si no tenemos una vida de comunión con Dios en nuestros lugares secretos, si no lo alabamos, no le expresamos nuestro agradecimiento, si no le adoramos, si no le hablamos, si no le pedimos por otros, ni tan siquiera le pedimos por nosotros mismos, entonces tenemos que reevaluar nuestros ejercicios espirituales. Si lo que practicamos públicamente como cristianos no nos anima a pasar tiempos a solas con Dios, ¿qué estamos haciendo?
Quizás nos envolvemos en ministerios y buenas obras para ser vistos o, quizás estudiamos la Palabra para alimentar el intelecto, para lucir bien cuando predicamos y enseñamos o para ganar argumentos; mas estos ejercicios espirituales no son una confirmación de nuestro amor por Dios. Creo que es tiempo de escudriñar nuestros propios corazones. A veces nos enfocamos en los pecados de fornicación, de violencia, de adulterio, homosexualidad, robos y mentiras; mas siempre he dicho que el mandamiento que más violamos es el primero, el no amar a Dios por sobre todas las cosas.
Es imposible amar a Dios sin una vida de oración; es imposible amar a nadie sin el deseo de pasar tiempo con esa persona. Como seres humanos nos agrada el estar en compañía de nuestra familia, de nuestros amigos y envueltos en actividades que nos agradan. ¡Cuánto más Dios! ¿Verdaderamente amamos a Dios? Jesús nos dice en Mateo 6:33, “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia…” (RVR1960)
¿Qué es lo primero que buscamos cada día? Hay dos caminos que están consumiendo al hombre, 1) Tiempo trabajando (ganándose el pan y en proyectos personales) y 2) Entretención. Antes de que confundas mi mensaje, no tengo nada en contra del trabajo; la Biblia es bien clara en que tenemos que trabajas para ganarnos la vida. Tampoco tengo nada en contra de que tengamos tiempos de refrigerio; tiempos de relajación, de carcajadas y risas. Lo que critico es cuando estamos tan ocupados que no tenemos tiempo para pasar tiempo a solas con Dios. Aunque podemos tener comunión con Dios todo el día, en medio de todas nuestras responsabilidades, Dios demanda un tiempo especial con él.
La oración es fundamental en el Viejo Testamento y la oración fue fundamental en la vida de Cristo quien vemos que en ocasiones pasaba toda la noche orando. Los apóstoles mismos le pidieron a Cristo que les enseñara a orar. Luego vemos que ellos tenían oras específicas de oración. Si eres Cristiano estás llamado a amar a Dios por sobre todas la cosas; a ponerlo primero. Si no oras es imposible que Dios sea primero en tu vida.
En Filipenses 4:6-7 las Escrituras nos dan unas joyas de sabiduría con respecto al tema de la oración. ”Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” (RVR1960)
Puntos Importantes
- Es pecado el estar afanados, quiere decir, preocupados. La preocupación entra fácilmente cuando perdemos nuestra comunión con Dios.
- Dios quiera que tengamos una actitud de agradecimiento (Acción de gracias). Sin acción de gracias es imposible experimentar la presencia de Dios de acuerdo at Salmo 100:1 en donde nos dice el salmista, “Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza…” (RVR1960) No importa por lo que estemos pasando, siempre hay razones para darle las gracias a Dios.
- Dios quiere que le presentemos nuestras peticiones. Dios quiere que le pidamos por nosotros mismos y por otros. El es el Dios que provee.
Algunos Beneficios de la Oración
- Paz (Tranquilidad de espíritu) Hermanos, esto se refiere a una paz que sobrepasa todo entendimiento. Quiere decir que no importa la situación por la cual estemos confrontando, lo que nos falte, los ataques, etc. Dios nos mantendrá en paz, confiados en él.
- Dios promete guardar nuestros corazones.
- Dios promete guardar nuestros pensamientos. Muchas veces nuestras mentes están consumidas de malos pensamientos. Lo que pensemos va a determinar nuestros sentimientos. Si estamos alimentando pensamientos de odio nos vamos a sentir airados. Si meditamos en pensamientos de fracasos, no vamos a sentir frustrados y tristes. Si meditamos en pensamientos pecaminosos nos encontraremos atormentados, etc.
¿Quién no quiere paz? ¿Quién no quiere sentirse gozoso? ¿Quién no quiere disfrutar de una mente estable y madura? Estos beneficios no los otorga Dios a través de la oración.
Leave a Reply