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El Coronavirus y la Iglesia


coronavirus and the church

El Coronavirus a desatado un tsunami de terror y de manipulación política alrededor del mundo entero. Aún en los Estados Unido, en donde existe orgullo y pasión por la libertad, se han reportado historias de gobernadores que han abusado de sus poderes. Estamos viendo una economía paralizada, millones de personas han perdido sus trabajos y, negocios se han visto forzados a cerrar. Hemos visto cómo se promovió y se estableció, exitosamente, el que millones de personas se quedaran en sus hogares y, cuándo podían salir de sus hogares para actividades aprobadas por los gobiernos, fueron forzados a mantener distanciamiento social.

Hoy día vemos como el uso de máscaras se ha hecho mandatorio en algunos trabajos y negocios. El enfoque de este artículo no es político; quiero enfocarme en como estas pólizas han afectado la iglesia, el dilema en el cual nos encontramos y lo que tiene que ser nuestra respuesta bíblica como Cristianos.

Cómo Estas Pólizas han Afectado a la Iglesia

Los servicios de Domingo fueron cancelados alrededor de este país y el mundo. Hoy día, por ejemplo, en el Estado de Arizona, en el cual resido, las Iglesias pueden reunirse, mas solo con un 25% de capacidad. Si en tu edificio tienes capacidad para cien personas, solo puedes hacer un servicio con 25 personas para que de esa forma se pueda mantener el distanciamiento social y que las familias se mantengan seis pies de distancia el uno del otro. Es lógico que, si los pastores quieren ministrarle a toda su congregación a través de sus servicios, estarán obligados a tener más de un servicio los domingos. Entonces las preguntas lógicas son, ¿cómo van a evangelizar?, cómo controlar los invitados para no pasarse de el 25% de capacidad? Con los edificios abiertos más tiempo, ¿cómo serán afectadas sus finanzas? Más gasto de electricidad, agua, más papel sanitario, etc.

El Gran Dilema

Los pastores tienen un gran dilema en sus manos; 1) oh se adaptan ha dichas pólizas continuando sus servicios a través de las redes sociales y utilizar sus edificios a un 25% de capacidad oh, 2) regresan a las formas pasadas con sus edificios utilizados al 100% y se arriesgan a ser arrestados y pasar un tiempo en la cárcel. Quiero sugerir que existe una tercera alternativa.

Nuestra Respuesta Bíblica

¿Cuántas veces hemos dicho que la Iglesia no es un edificio? ¿No somos nosotros la Iglesia? Entonces, ¿qué perdemos si perdemos el edificio? La iglesia es una familia; las familias no se reúnen en edificios, las familias comparten sus vidas, se visitan en sus casas, van a parques juntos, se invitan en sus fiestas, van al cine juntas, disfrutan de las actividades de sus hijos, se ayudan, se hablan y disfrutan de compañerismo juntos. De ves en cuando, cuando tienen algún evento especial y las casas no son lo suficientemente grandes, rentas algún edificio por algunas horas, pero no compran o rentan edificios a largo plazo para reunirse a menos que sean familias millonarias.

Hebreos 10:25 nos dice, “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.” (Reina Velera 1960) La iglesia no puede dejar de congregarse; estamos llamados a estar juntos compartiendo el mismo tiempo y espacio.

Para entender lo que es la Iglesia echémosle un vistazo a su Modus Operandi. Hechos 2:42 nos dice, “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.” (RVR 1960). La palabra perseverancia significa, “insistir fielmente”. De este verso aprendemos que la iglesia tiene cuatro componentes:

  1. Perseverancia en el estudio de la doctrina de los Apóstoles: Los apóstoles originales no eran hombres perfectos, mas su doctrina es perfecta porque fue inspirada por el Espíritu Santo. La doctrina de los apóstoles también incluye el Viejo Testamento ya que ellos también hacían referencia a las Escrituras de los profetas. De hecho, Efesios 2:19-20 nos dice, “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,” (RVR1960)
  2. Perseverancia en la comunión los unos con otros: La palabra comunión viene de la palabra griega, koinōnía; que significa “compartir; comunión con participación.”[1] Hermanos, somos una familia; por eso es por lo que estamos llamados a compartir nuestras vidas, no simplemente ser parte de un servicio de Domingo. Estamos llamados a participar, no ha sentarnos a ver el espectáculo del grupo de alabanza y al pastor. Es una participación corporal en donde se enseña, pero también se hacen preguntas y comentarios como en familia.
  3. Perseverancia en el partimiento de pan juntos: Estamos llamados a comer juntos; una ves más, como hacemos en familia.
  4. Perseverancia en el orar juntos: La oración corporal es esencial cuando nos reunimos como iglesia.

Cualquier mensaje que promueva que la iglesia está llamada a adaptarse a lo que estamos viendo hoy día con el Coronavirus es un mensaje completamente antibíblico. La idea de que nosotros sigamos reuniéndonos a través de redes sociales, distanciamiento social, etc. no es de Dios. Pablo nos dice en Primera de Corintios 16:20, “Os saludan todos los hermanos. Saludaos los unos a los otros con ósculo santo.” (RVR 1960)

Creo que hay situaciones en donde tenemos que adaptarnos;  pero nunca al mundo; sino a las formas de Dios. Dicha adaptación es normal ya que nuestras formas y las formas de Dios son diferentes (Isaías 55:8),  mas cualquier adaptación contraria a las Escrituras no es de Dios.

No podemos tener compañerismos y compartir el pan juntos a través de las redes sociales. No es que diga que las redes sociales no sean utilizadas por la Iglesia, pero las mismas son suplementos, nunca una sustitución a lo que Dios nos dice que somos.

Estamos llamados a obedecer a Dios por encima de los hombres. Dios no nos da ningún tipo de excusa Bíblica para cambiar su forma de hacer Iglesia. Mas lo que tenemos que reevaluar es si nuestras formas de hacer Iglesia, antes del Coronavirus, eran de acuerdo con la Biblia o no.

Por ejemplo, en el Nuevo Testamento veo referencia a cantos espirituales (Efesios 5:19) mas no he encontrado ningún verso bíblico que hable de un grupo de alabanza o adoración. De hecho, no encuentro ningún verso bíblico que conecte la Adoración con música. Tampoco encuentro la palabra púlpito en ninguna de las reuniones de los apóstoles.

Por último, no hay ninguna referencia bíblica o histórica que nos diga que la iglesia original de los apóstoles se reunía en edificios. La Iglesia original se reunían en casas; el cristianismo era mucho más personal y mucho más real de lo que es hoy día. Ese fue el sistema exitoso que impactó de la siguiente forma:

Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.

44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;

45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.

46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,

47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos. Hechos 2:43-47 (RVR 1960)

Noten que el verso 46 nos habla de que perseveraban unánimes en el templo cada día. Recordemos que estos apóstoles originales eran todos de descendencia hebrea. El templo era el remanente del famoso templo de Salomón donde aún hoy muchos van a orar. Los cristianos originales iban al templo a orar, mas también a tratar de evangelizar a sus hermanos judíos.

Los cristianos originales también se reunían en las sinagogas. Los fariseos eran parte de una religión reconocida por los Romanos. El cristianismo no era reconocido por los romanos; al contrario, era ilegal el predicar a Jesús en esos días. Es claro el ver por que los cristianos no duraron mucho en reunirse en las sinagogas, por lo que fueron forzados a reunirse en sus casas en medio de una severa persecución. Mas, es bajo esas circunstancias que vemos un Iglesia como nunca antes vista en su historia:

  1. Una Iglesia en donde existía el temor a Dios. (Hechos 2:43)
  2. Una Iglesia con un liderazgo verdaderamente ungido en donde grandes señales y milagros fueron realizados. (Hechos 2:43)
  3. Una Iglesia unidad. (Hechos 2:44)
  4. Una Iglesia en donde se ayudaban los unos a los otros, (Hechos 2:45) hasta el punto de que no había nadie en necesidad. (Hechos 4:34)
  5. Una iglesia que perseveraba junta con mucha alegría y sencillez de corazón. (Hechos 2:46)

La pregunta final es, ¿en dónde está esa Iglesia? Creo que si prestamos atención, el Coronavirus, que el diablo desató para destruirnos, nos acercará aún más a una Iglesia sin mancha y sin arrugas. Mas no insistamos en nuestros sistemas y el legado de Constantino; quien enfatizó en su propia fama, mezclando lo santo con lo profano para complacer a todo el mundo. Miremos a las sendas antiguas, ahí está el camino, ahí está la verdad y ahí está lo que verdaderamente es eficiente.

“Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma…” Jeremías 6:16 (RVR 1960)

[1] Spiros Zodhiates, The Complete Word Study Dictionary: New Testament (Chattanooga, TN: AMG Publishers, 2000).

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