En este mundo vamos a sufrir; no es un mensaje popular, pero es bíblico. En Mateo 16:33 Jesús nos dijo, “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Reina-Valera 1960) El Salmo 34:19 nos dice, Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová.” (Reina-Valera 1960).

Cuando Dios decidió crearnos nos creo con libre albedrío y, con el libre albedrio siempre existe el riesgo de las injusticias y del sufrimiento. La alternativa fue crearnos como maquinas pre-programadas, pero el amor no fluye de esa forma; el amor demanda libertad.

Debido a que el sufrimiento es inevitable, en la fe cristiana el perdón es fundamental ya que los cristianos son el blanco numero uno de los ataques de Satanás. Si el cristiano no aprende a perdonar, Satanás logra su propósito último el cual es separarnos de Dios. El cristiano y, el ser humano en general que no perdona corre el riesgo de desarrollar una enfermedad profunda del alma; la amargura. La amargura es una de las enfermedades del alma más devastadores que un ser humano pueda sufrir. Hebreos 12:15 nos dice, 

Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; (Reina-Valera 1960)

La amargura nos contamina moralmente; nos corrompe. La palabra Amargura en el idioma original griego es la Palabra, pikría; “Denota una persona extremadamente diabólica o mala. La amargura es muy ofensiva para Dios ya que la persona amarga lastima y destruye a otros. La persona amarga manifiesta una vida y conducta de gran ofensa para Dios y odiosa ante los hombres.”[1]

Una de las formas más fáciles de desarrollar una raíz de amargura es cuando somos victimas de injusticias. Al otro lado del sufrimiento hay solo dos caminos a seguir: 1) Una relación más intima con Dios siguiendo el ejemplo que nos dio Job cuando nos dice, después de todo su sufrimiento, “De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven.” Job 42:5 (Reina – Valera 1960). Y, 2) La amargura. Efesios 6:12 nos ayuda a entender de donde viene tanto dolor, tanta injusticia y tanto sufrimiento,

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.(Reina – Valera 1960)

Muchos seres humanos son marionetas del diablo y de su ejercito. Satanás está envuelto y dedicado por completo en esta lucha es espiritual. Su propósito es dañar nuestros espíritus y nuestras almas. Por eso es por lo que en el corazón de nuestra fe Dios nos da la encomienda del perdón. En Mateo 6:14-15 Cristo nos dice,

Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; 15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

Ahora sabes porque Dios no nos puede perdonar; debido a nuestra amargura. Si este mensaje ha hablado a tu espíritu escríbenos a beyondopinionsradio@gmail.com.


[1] Spiros Zodhiates, The Complete Word Study Dictionary: New Testament (Chattanooga, TN: AMG Publishers, 2000).


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