
El Nivel Carnal
No hay nada especial ni exclusivo en este nivel carnal. Solo demanda un requerimiento; el enfoque de este nivel es sexual. En Marcos 10:7-8 nuestro Señor Jesucristo nos enseña que cuando nos casamos somos uno en la carne. Aprenderemos con el Apóstol Pablo que el matrimonio no es necesario para convertirse en una carne con otra persona,
¿O no saben que el que se une con una prostituta es hecho con ella un solo cuerpo? Porque dice: Los dos serán una sola carne.” I Corintios 6:16 (RVA-2015)
Es por esto por lo que enfatizo que no hay nada especial en este nivel; ya que nos convertimos en uno con cualquier persona con la cual tengamos sexo, aún con una prostituta. El problema con este nivel es que el tener sexo significa que te conviertes en uno con lo peor que tenemos como seres humanos, la carne. Gálatas 5:17-21 nos da una lista de los frutos de la carne; esos frutos nunca serán buenos.
La carne nunca cooperará con Dios. Es por eso por lo que matrimonios en este nivel están en constantes conflictos y peleas. Pablo nos dice en Primera de Corintios 7:28 “…aquellos que se casan tendrán aflicción en la carne, y yo quisiera evitársela.” (RVA-2015) Esta aflicción se debe a que lo único que se manifiesta en este nivel es el conflicto de la carne. Un matrimonio que se queda en este nivel es miserable.
El Nivel del Alma
Una relación de unidad a nivel del alma no tiene absolutamente nada que ver con sexo. Primera de Samuel 18:1 nos dice, “Aconteció que cuando David terminó de hablar con Saúl, el alma de Jonatán se quedó ligada a la de David, y Jonatán lo amó como a sí mismo.” (RVA-2015)
Se han preguntado alguna vez ¿por qué no vemos muchos matrimonios en donde el esposo y la esposa son los mejores amigos el uno del otro? El esposo tiene sus amigos y la esposa tiene sus amigas, pero tan siquiera existe amistad entre ellos como matrimonio. Esto es parte del problema; al casarnos extrañamos a los amigotes ya que no podemos pasar tiempo con ellos como lo solíamos hacer, especialmente si ellos son solteros. Esto causa un vacío en el alma ya nuestras almas desean la amistad. Cuando nuestras esposas no son nuestras mejores amigas; cuando no disfrutamos pasar tiempo con ella como con nuestros amigos, todavía no hemos llegado a este nivel de relación de alma.
Esto nos lleva a una pregunta, ¿Por qué son ellos nuestros mejores amigos y no nuestras esposas? Esto se debe a que existe armonía en el alma con nuestros amigos. Tenemos pensamientos en común, nos apoyamos en las decisiones que tomamos, no importa lo que hagamos, sabemos que podemos compartirlo con esa persona, no importan cuan bochornoso sea nuestro acto, sabemos que los amigos siempre van a ser leales y, emocionalmente, siempre nos sentimos bien en compañía de ellos. Lamentablemente ese no es el caso en muchos matrimonios.
David y Jonatán no se suponía que fueran amigos. Jonatán era el hijo del rey, próximo en sucesión al trono, mas entendía que era la voluntad de Dios que fuese David el próximo rey de Israel. Las circunstancias no impidieron que ellos fueran amigos del alma. Esa unidad del alma también la vemos en Hechos 4:32, “La multitud de los que habían creído era de un solo corazón y una sola alma. Ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que todas las cosas les eran comunes.” (RVA-2015) Una de las razones por las cuales no encontramos amistad entre muchos matrimonios es por que no tiene nada en común; cada uno por su lado en pensamientos, en la toma de decisiones y, la falta de respeto por las emociones el uno del otro. Hay matrimonios seculares que alcanza este nivel ya que tienen metas y ambiciones en común. Mas para el cristiano existe aún, un nivel más alto.
El Nivel Espiritual
El nivel espiritual en un matrimonio es la máxima expresión y el más alto nivel en el matrimonio. Me atrevería decir que no muchos alcanzan este nivel. En Mateo 26 Jesús nos dice, “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.” (RVR1960) Aquí aprendemos de la disponibilidad del espíritu en nosotros en hacer lo correcto. David oraba y decía, “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.” Salmo 51:10. La rectitud o justicia emana de nuestro espíritu.
En Juan 4:24 aprendemos algo más del espíritu en nosotros, “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” (RVR1960) La adoración es la máxima expresión de amor, de respeto y de honor. Esa adoración le pertenece solo a Dios y emana de nuestros espíritus. Mientras más nos acerquemos a Dios, más nos acercaremos el uno del otro.
Un matrimonio en este nivel es un matrimonio que está de acuerdo con poner a Dios al centro de sus vidas, un matrimonio que hace justicia y un matrimonio unido en la adoración a Dios. Es por eso por lo que Pablo nos dice en Primera de Corintios 6:14-16,
No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? 15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? 16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo. (RVR1960)
Pablo establece claramente que el casarnos con personas incrédulas hace imposible el que el matrimonio llegue al nivel espiritual, ya que la interpretación de lo que es justo y correcto delante de Dios será diferente y, definitivamente mientras uno adora a Dios el otro adorará a ídolos.
Este nivel es tan precioso que la Biblia describe la Iglesia como la novia y futura esposa de Cristo (Apocalipsis 19:7-9). Nuestra reunión con Cristo se describe en el contexto de una boda. Lógicamente este nivel no es sexual; este nivel va más allá que cualquier otra expresión de amor en esta tierra. Pablo nos reta a nosotros los esposos a amar a nuestras esposas de la forma que Cristo ama a la Iglesia.
Hermanos no importa cuan saludable sea una mujer, eventualmente caerá en la menopausia y, no importan cuan saludable sea el hombre, eventualmente perderá la potencia de su juventud. Matrimonios que se quedan en el nivel carnal son los que caen en adulterios cuando el tiempo comienza a debilitar o ha cambiar nuestros cuerpos y nuestra habilidad de tener sexo.
Matrimonios en el nivel espiritual aman a Dios juntos, se aman los unos a los otros en los buenos tiempos y en las tormentas. No importa si estamos en los montes, en los valles o en los desiertos, no importa si estamos en tiempos de victoria o derrota, de riqueza o pobreza, de orgullo o tiempos bochornosos, cuando todos nos abandona estos matrimonios espirituales son inmovibles y sólidos. Ellos han entendido que después de Dios la prioridad es el uno con el otro y se protegen física y emocionalmente.
Hermanos, este no es un artículo en contra del sexo, el sexo es precioso en el contexto del matrimonio. Quiero también dejar claro que no hay matrimonio perfecto, solo cuando nos casemos con Jesús veremos esta perfección. Mas lo que sí estoy diciendo es que nuestros matrimonios pueden ser muchísimo mejor de lo que son en este momento. Estos niveles no tienen nada que ver con tiempo. Hay matrimonios de 20 y 30 anos que nunca salieron del nivel carnal. Esto tiene que ver con obediencia y dejar que Dios haga la obra. Identifica, honestamente, en que nivel está tu matrimonio y, con la ayuda de Dios y discipulado pastoral, veremos a nuestros matrimonios madurar de carnal a espiritual.