
No hay duda de que a través de la historia del hombre Satanás se ha enfocado en contaminar la creación de Dios y en torcer Su Mensaje. Satanás es el enemigo de Dios y de toda su creación. No nos debe tomar por sorpresa que Satanás se ha metido con la Iglesia y que muchos están tan adaptados en tradiciones de hombre, que cierran sus ojos a lo que la Palabra claramente nos dice.
Les voy a hacer unos puntos que quizás les tome de sorpresa: La Iglesia no está llamada a construir edificios ni ha atender servicios semanales; estos ha sido parte de la obra contaminadora de Satanás. Satanás ha facilitado que nos sigamos ahogando en nuestros pecados mas que, a su vez, sigamos luciendo como si fuéramos perfectos. Primera de Juan 1:7 nos dice,
Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado. (Reina Valera Actualizada 2015)
Esta luz es Cristo. El andar en Cristo da un fruto inmediato y natural: la comunión los unos con los otros. Esta comunión no es una comunión mundana, es una comunión diferente, es la comunión entre los hijos de Dios, el Cuerpo de Cristo, la Iglesia, sus discípulos, mejor conocidos como… cristianos.
¿Qué es comunión? Esta es la palabra griega koinōnía que significa “Compartir con participación.”[1] Parece una definición extraña pero no lo es; simplemente imagínate cuando estabas en familia o con tus mejores amigos en fiestas, tomando cervezas, jugando algún deporte, etc. Tú deseabas esos momentos, la pasabas bien con tus mejores amigos y seres queridos. Todos hablaban, todos contaban historias; si eres puertorriqueño, todos hablaban a la vez. La comunión de la Iglesia es, lógicamente, una comunión diferente. Es una comunión santa que envuelve aún más gozo, alegría, celebración, comida, etc. El resultado de nuestra comunión es la edificación. La mayor diferencia es que Cristo está al centro de dicha comunión.
En esa comunión se discute la Palabra, se alaba a Dios, se ora y nos amamos los unos a los otros. También hay otros elementos muy importantes; Primera de Juan 1:7 nos dice que esa comunión los unos con otros activa la Sangre de Cristo. Si leemos en el contexto Bíblico, no es el simplemente el estar juntos que limpia dichos pecados; es que se crea un ambiente en donde la confesión de pecados se hace posible. Santiago 5:16 nos dice, “Por tanto, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros de manera que sean sanados. La ferviente oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho.” (RVA-2015)
Para que se active la Sangre de Cristo se necesita la confesión de pecados y para que exista la confesión de pecados necesitamos la comunión los unos con los otros. En mis pequeñas comuniones en mi casa he notado que las máscaras de las pretensiones no duran mucho. Muy pronto conocemos lo que la persona verdaderamente cree y sus áreas de dificultad… incluyendo sus pecados. Se crea un ambiente seguro, un ambiente en donde podemos trabajar en permitirle a Dios que nos sane.
Lamentablemente, hemos reducido la Iglesia a un servicio de domingo en donde muchos pretenden lo que no son y en donde se crea un ambiente de hipocresía y de muy poca sinceridad. Empezando por los pastores que nunca muestran que batallan con nada y la congregación que los sigue en esa hipocresía. Si ha alguien se le escapa un poco de sinceridad quedan en el ojo del juicio de la Iglesia. El mismo Jesús nos dice en Juan 3:19-21
Y esta es la condenación: que la luz ha venido al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz porque sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que practica lo malo aborrece la luz y no viene a la luz para que sus obras no sean censuradas. 21 Pero el que hace la verdad viene a la luz para que sus obras sean manifiestas que son hechas en Dios. (RVA-2015)
La Iglesia institucionalizada está participando en esta condenación ya que facilita que las personas se mantengan en la obscuridad. Un servicio de domingo no es tener comunión los unos con los otros. En ese sistema no compartimos nuestras vidas como lo hicimos con nuestros seres queridos y amigos y, definitivamente, no se promueve la participación. Hay muchos que se sientan en la Iglesia domingo tras domingo, mas aborrecen la luz; ya que aman sus pecados. Los mismos nunca tienen comunión con nadie en la Iglesia, ya que protegen sus obras pecaminosas. Es todo un espectáculo de un solo hombre domingo tras domingo. Primera de Corintios 14:26-31 nos abre una ventanita a como era esa comunión santa,
¿Qué significa esto, hermanos? Que cuando se reúnen, cada uno de ustedes tiene un salmo, o una enseñanza, o una revelación o una lengua, o una interpretación. Todo se haga para la edificación. 27 Si es que alguien habla en una lengua, hablen dos o a lo más tres, y por turno; y uno interprete. 28 Y si acaso no hay intérprete, que guarde silencio en la iglesia y hable a sí mismo y a Dios.
29 Igualmente, los profetas hablen dos o tres, y los demás disciernan. 30 Si algo es revelado a alguno que está sentado, que calle el primero. 31 Porque todos pueden profetizar uno por uno, para que todos aprendan y todos sean exhortados. (RVA-2015)
Parece ser que los líderes de Iglesia no han leído estos versos bíblicos; mas han preferido este modelo Constantino y católico de servicios que no tiene absolutamente nada que ver con nuestro llamado santo a la comunión.
[1] Spiros Zodhiates, The Complete Word Study Dictionary: New Testament (Chattanooga, TN: AMG Publishers, 2000).
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