
El cristiano no está llamado a un edificio, a una hora o lugar especifico. El cristiano está llamado a una relación intima con Dios y a una verdadera y profunda relación los unos con los otros. A través de los siglos le hemos puesto un énfasis hipérbole a estructuras y hemos minimizado el amor y el compañerismo que estamos llamados a tener los unos por los otros. Los discípulos de Cristo están llamados a ser familia y amigos en compañerismo sincero, los unos con los otros. No estamos llamados a invitar personas a edificios, sino a nuestras vidas en devociones santas: “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.” Hechos 2:42 (Reina Velera 1960)
Esta es la sencillez de nuestras vidas como discípulos de Cristo: 1) perseverar en la Palabra juntos, 2) estar en comunión los unos con los otros y 3) orar juntos. Así de sencillo es este asunto de la Iglesia. Mas hemos sido testigos de un enorme y triste despilfarro de dinero donde nos sentamos semanalmente a ver un espectáculo, muchas veces, mal producido.
Las Iglesias Megas no son bíblicas, pero no tan solo ellas, sino toda Iglesia que sigue la estructura Constantina. El Emperador Constantino le hizo daño a la Iglesia, me atrevo a decir, más que ningún otro ser humano en la historia del mundo. El legalizó su idea del cristianismo y mezcló la Iglesia con lo profano. Muchos tienen buenas intenciones y no conocen nada más, pero mi pregunta es, si eres un hombre de Dios que estudia la Palabra, ¿dónde puedes justificar lo que se ha hecho con la Iglesia? ¿Dónde encuentras esta iglesia institucionalizada en el Nuevo Testamento?
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