
La Biblia tiene mucho que decir sobre la Iglesia; no es un tema complicado. Hechos 2 nos describe el nacimiento de la Iglesia y sus primeros pasos. Estos no son simplemente sus primeros pasos, estos representan la raíz de la Iglesia y el modus operandi de la misma. ¡Eso fue una explosión!
Después de caer el Espíritu Santo sobre ellos se levanta Pedro a predicar y tres mil personas son salvas. Ese sermón no fue una manipulación emocional, lo cual no da fruto en las vidas de los oyentes; este Sermón fue ungido por Dios mismo; lo sabemos por los frutos. En los próximos artículos discutiremos Hechos Capitulo dos y, la descripción del nacimiento de la Iglesia y sus frutos.
Antes de entrar de lleno en el tema, quiero establecer lo obvio; la Iglesia primitiva también tenia sus problemas. Eso se debe a que donde quiera que hay seres humanos van a haber problemas. Aquí no estamos discutiendo perfección, sino fruto. Aún los apóstoles eran imperfectos, ellos también tenían sus problemas y, aún problemas entre ellos mismos. Mas la doctrina de estos hombres sí fue perfecta; es la misma sana doctrina que estamos llamados a seguir hoy. Comencemos.
Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.
Hechos 2:1 (Reina-Valera 1960)
Punto #1
La Iglesia es un Ejemplo de Unidad
El Festival de Pentecostés celebraba 50 días luego de la Pascua. En la Pascua el pueblo de Israel celebraba su libertad de la esclavitud en manos de los egipcios. En el Viejo Testamento, Pentecostés era un festival de agradecimiento a Dios en donde se recogían los primeros frutos. Simbólicamente son los primeros frutos de la libertad. Pentecostés en Hechos 2 sucedió 50 días luego de la resurrección de Cristo; este es el primer fruto de su resurrección. En el día de la celebración de Pentecostés estaban presentes 120 hombre y mujeres (Hechos 1:15) Como veremos más adelante, después del sermón de Pedro se añadieron alrededor de 3,000. ¡Tremendo fruto!
La palabra unánimes en Hechos 2:1 indica unidad en mente; estos hermanos y hermanas estaban de acuerdo en lo que estaban haciendo; tenían unidad de pensamiento y de visión. No tan solo que tenían dicha unidad, sino que también estaban juntos en un mismo tiempo y espacio. Funcionaban como una familia, no como una institución. Ellos no formaban parte de una Iglesia o denominación en particular; ellos eran la Iglesia; un organismo vivo y unido. Hechos 1:12-14 nos dice,
Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo. 13 Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. 14 Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos. (RVR1960)
El proponer este grado de unidad sería una locura hoy día, mas ese fue el ejemplo que nos dio Jesús con sus discípulos y el ejemplo que siguieron los apóstoles. Hermanos, esta fragmentación de la Iglesia en denominaciones y diferentes grupos no es de Dios. Antes de que Cristo venga, la Iglesia tendrá una misma mente y una unidad tan palpable y obvia como se ve en las familias y los amigos que se aman los unos a los otros.
La Iglesia no se puede llevar a cabo con un solo individuo porque la Iglesia es un cuerpo. La Iglesia tampoco puede ser un lugar en donde todos se sientan de espectadores de un servicio. Nuestras formas institucionalizadas no tienen cabida en la Iglesia bíblica. Estos sencillos puntos de unidad y comunión continuarán expandiéndose y, veremos el lugar céntrico que tienen en la realidad y funcionamiento de la Iglesia.
Si eres una persona que honra la Palabra de Dios sigue leyendo; mas si tu religiosidad no te deja ver y prefieres quedarte siego detén esta lectura ahora mismo.
Continúa…
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