
- Tenemos comunión con Dios. (I Juan 1:1-3)
- Andamos en la luz y, como resultado, tenemos comunión los unos con los otros. (1 Juan 1:7)
- Tenemos pasión por aplicar la Palabra en nuestras vidas, no tan solo la oímos. (I Juan 2:5 / I Juan 5:3)
- Tenemos amor por nuestros hermanos; lógicamente este amor es visible. (I Juan 2:9-10)
- No amamos el mundo secular. (I Juan 2:15-16)
- Perseveramos hasta el final. (I Juan 2:19)
- Estamos ungidos; quiere decir que tenemos la capacidad de escuchar del Espíritu Santo y aprende de El directamente. (I Juan 2:20 / I Juan 3:24) Si no escuchas de Dios y lo único que escuchas de Dios es departe del hombre no eres cristianos. El cristiano, aunque aprende de sus pastores, maestros, etc. tiene la capacidad de aprender del Espíritu Santo directamente.
- Cristo Jesús está al centro de nuestra fe; esos que niegan a Cristo no son parte de la familia de Dios. (I Juan 2:23 / I Juan 4:2-3 / I Juan 4:15)
- Aunque pecamos, no practicamos el pecado. (I Juan 3:9)
- Nos ayudamos los unos a los otro como familia. (I Juan 3:16-18)
- El mundo no nos oye; no somos populares en el mundo. Si te haces llamar cristiano y el mundo te escucha, te venera y te ama, definitivamente que no eres de Dios. (I Juan 4:6)
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