Muchos en el cuerpo de Cristo han aceptado la depresión, la ansiedad, la adicción a la pornografía, las malas dietas, la glotonería, las vidas sedentarias, los celos, la amargura, la falta de perdón, etc. como parte de sus vidas. En sus mentes han aprendido y, se han acostumbrado, a vivir con estas cadenas. Lamentablemente, las dos escuelas de pensamiento más populares en lo referente a la liberación han contribuido a que el pueblo de Dios continúe aceptando su propia esclavitud. 

Por un lado, se nos enseña que, al ser salvos se arregla todo. Desde el momento que Cristo entra a nuestras vidas todas las cadenas son rotas. Sabemos que definitivamente hay aspectos de nuestras vidas que mejoran drásticamente cuando Cristo entra a nuestras vidas; pero, seamos sinceros, tú sabes que aún mientras lees estas palabras hay ataduras en tu vida de las cuales nadie sabe, mas Dios conoce tu lugar secreto. 

Por otro lado, hay otra escuela de pensamiento referente a la liberación que nos enseña que si tenemos algún problema que requiera liberación, con reprender demonios ya basta. Quiere decir que cuando el pastor o el ministro reprendió esos demonios quedaste libres para siempre. El problema es que, con el paso de los días, las semanas y los meses, caíste en lo mismo y aún peor, entonces, ¿Qué pasó?

Hermanos, ambas escuelas de pensamiento minimizan el problema. Ambas escuelas de pensamiento promueven, indirectamente, la hipocresía; ya que pretenden que todo está bien, cuando no es así.   Lamentablemente, podemos decir que hay otra escuela de pensamiento aún peor. Es la que nos dice, “Dios nos ama tal y como somos; nadie es perfecto.” El amor de Dios viene a ser la excusa para continuar pecando; es un evangelio que no requiere cambio. Nos podemos quedar tal y como somos y a la misma vez jugar a Iglesia y a cristianos. En 2 Timoteo 3:2-5 el Aposto Pablo le dice a Timoteo,

Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a estos evita. (RVR1960)

Enfatizo en el verso 5: “que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a estos evita.” Estos son los que tienen una pierna en el mundo y otra en las cosas de Dios. Es toda una apariencia, pero niegan el poder de Dios para hacer milagros y para transformar vida. Pablo nos dice “…a estos evita.” 

Hermanos, le servimos a un Dios poderoso, que nos amó y salvó, no para que nos quedáramos tal y como somos, mas para transformarnos. Juan el Bautista sabía de este principio cuando dijo de Cristo, “Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.” Juan 3:30 (RVR1960) Este es el camino del cristiano, que Cristo crezca en nosotros y que nosotros decrezcamos. Esto nos es una recomendación, esto es un mandato. 

Continúa…


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