
IV. El Libre Fluir de los Dones, Ministerios y Operaciones del Espíritu Santo
El libre fluir de los dones del Espíritu Santo nos es una cuestión de pentecostales; es una cuestión bíblica y, si es bíblica, es necesaria. Aquí tenemos un problema en cuanto a la estructura de la Iglesia y sus servicios.
Cuando hablamos del fluir de los dones del Espíritu Santo, hablamos de la participación colectiva de los santos en los diversos ministerios. Dios no crea la Iglesia para que solo el pastor y su mano derecha sean los únicos con la libertad de expresar sus dones, mientras que el resto del pueblo se sienta de espectadores. La Iglesia descrita en la Biblia nos es así. Se reunían en casas, los grupos eran pequeños e íntimos y se facilitaba la participación colectiva de la Iglesia y la expresión de los dones del Espíritu. La estructura de hoy día, dada a nosotros por el Emperador Constantino, es un obstáculo masivo al fluir de los dones del Espíritu. En Primera de Corintios 14:20-26 Pablo nos da la estructura bíblica de la Iglesia; la estructura que facilita el fluir de los done del Espíritu.
Hermanos, no sean niños en el entendimiento; más bien, sean bebés en la malicia, pero hombres maduros en el entendimiento. 21 En la ley está escrito: En otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo, y ni aun así me harán caso, dice el Señor. 22 De modo que las lenguas son señal, no para los creyentes, sino para los no creyentes; en cambio, la profecía no es para los no creyentes, sino para los creyentes. 23 De manera que, si toda la iglesia se reúne en un lugar y todos hablan en lenguas, y entran indoctos o no creyentes, ¿no dirán que están locos? 24 Pero si todos profetizan, y entra algún no creyente o indocto, por todos será convencido, por todos será examinado, 25 y lo oculto de su corazón será revelado. Y de esta manera, postrándose sobre su rostro, adorará a Dios y declarará: “¡De veras, Dios está entre ustedes!”. 26 ¿Qué significa esto, hermanos? Que cuando se reúnen, cada uno de ustedes tiene un salmo, o una enseñanza, o una revelación o una lengua, o una interpretación. Todo se haga para la edificación. (RVA-2015)
Lamentablemente, cuando hablamos de la iglesia nos imaginamos un edificio con muchos asientos organizados para que todos tenga una buena vista a lo que se le conoce como altar, pero que realmente es una tarima rodeada de equipos de sonido he instrumentos musicales. Encima de este altar no hay nada más importante que el púlpito, ya que de ahí es de donde el hombre de Dios comunicará la Palabra de Dios. El hablará de 45 minutos a una hora; será un monologo, mientras que los feligreses escucharán. Dependiendo la denominación, pueden decir amén durante el sermón o no. Aunque nos hemos acostumbrado a esta estructura, la misma no se encuentra en el Nuevo Testamento. Podemos escribir millones de artículos sobre la importancia vital del Espíritu Santo en la Iglesia. Primera de Corintios 12:4-7 nos dice,
Ahora bien, hay diversidad de dones; pero el Espíritu es el mismo. 5 Hay también diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. 6 También hay diversidad de actividades, pero el mismo Dios es el que realiza todas las cosas en todos. 7 Pero a cada cual le es dada la manifestación del Espíritu para provecho mutuo. (RVR-2015)
El Espíritu Santo nos da diversos dones, nos da diversos ministerios y, también nos da la energía para usar esos dones y llevar a cabo los ministerios que El nos asigna. Además de esto nos da la energía para llevar a cabo lo que estamos llamados a hacer. La palabra Actividad aquí es la palabra griega enérgēma de donde sacamos la palabra energía. Es el resultado de la energía de Dios en la vida del cristiano.[1] Mas el punto principal que quiero hacer es que todo esto es para el provecho mutuo del Cuerpo de Cristo.
Esta palabra Provecho es la palabra griega energéō; otra palabra relacionada a la palabra energía, en este caso energḗsō, nos da la energía para estar activos; para trabajar y ser efectivos en lo que hacemos, es el poder necesario para hacer milagros.[2] La obra del Espíritu Santo está designada para darnos el poder para llevar a cabo lo que se ha escrito sobre nosotros. Sin el Espíritu Santo no tenemos dones, ni ministerios, ni energía, ni efectividad en nuestro trabajo o poder. Sin el Espíritu Santo tendremos apariencia de ser cristianos, mas, a la misma ves, negando el poder de Dios para transformarnos.
Porque a uno se le da palabra de sabiduría por medio del Espíritu; pero a otro, palabra de conocimientosegún el mismo Espíritu; 9 a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por un solo Espíritu; 10 a otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. 11 Pero todas estas cosas las realiza el único y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él designa. I Corintios 12:8-11 (RVR-2015)
Necesitamos sabiduría, la sabiduría nos ayuda a tomar decisiones correctas en esta vida. Una persona sabia es una persona que tiene profundo conocimiento sobre la vida; es una persona de madurez sobrenatural. Necesitamos palabra de conocimiento, estos son palabras especificas en situaciones que nadie las conoce solo la persona y Dios.
Necesitamos gente de fe cuando todo parece perdido. Necesitamos dones de sanidad física y sanidad del alma. El Cuerpo de Cristo tiene que ver milagros nuevamente. Vimos milagros en el Viejo Testamento a manos de los profetas de Dios, vimos milagros con Cristo y, luego vimos milagros con sus apóstoles, ¿Qué pasa hoy día que no se ven milagros?
Definitivamente necesitamos de este precioso don de la profecía que se manifieste en el Cuerpo de Cristo. Usted quizás dirá, “pero con tantos falso profetas ¿como hacerle?” Los apóstoles nos dieron el ejemplo, ellos expusieron los falsos maestros, profetas y apóstoles, tenemos que hace los mismo. Por eso es por lo que necesitamos gobiernos fuertes y maduros en la Iglesia.
Necesitamos discernimiento en la Iglesia; esos hermanos y hermanas con este don deben tener la libertad para usar sus dones; son muy importantes en la protección de la Iglesia. Hay que hablar en lenguas para nuestra propia edificación, pero más que hablar en lenguas interpretarlas. Todos estos dones son para nuestro provecho y son vitales en el mantenimiento de nuestra libertad.
Continúa…
[1] Spiros Zodhiates, The Complete Word Study Dictionary: New Testament (Chattanooga, TN: AMG Publishers, 2000).
[2] Spiros Zodhiates, The Complete Word Study Dictionary: New Testament (Chattanooga, TN: AMG Publishers, 2000).