Sabemos de la adicción a las Drogas, legales e ilegales. Sabemos de la adicción al alcohol, la adicción a la pornografía y otras tantas adicciones.  En la iglesia tenemos la tendencia a juzgar estas cosas marcadamente. Mas existe una adicción de la cual no hablamos; una adicción la cual es legal y aceptada en la mayoría de nuestras culturas… la adicción a la comida. Esta adicción tiene resultados devastadores en nuestros cuerpos tales como problemas del corazón, alta presión, diabetes y otros. Es una destrucción segura al templo del Espíritu Santo[1] y, una violación directa al mandato de presentar nuestros espíritus, almas y… cuerpos, irreprensibles delante de Dios.[2]

Muchos ocultan sus adicciones muy bien; después de todo, no podemos ver lo que haces en tu lugar secreto; mas la adicción a la comida es más difícil de ocultar ya que se refleja en nuestras cinturas y, en otras partes del cuerpo. En otras palabras, por más que tratemos de ocultar nuestras libritas de más usando ropa ancha, la gordura no se puede ocultar. 

En nuestra sociedad hemos aceptado la gordura como normal. A muchos no les preocupa su sobrepeso, ni el de sus hijos, ni seres queridos. Se estima que en los Estados Unidos sobre el 50% de la población está sobrepeso; un gran porciento es considerado obeso. En la Iglesia no hay tampoco diferencia; tenemos que aceptar que, aún en el Cuerpo de Cristo, la adicción a la comida nos está consumiendo. Le hemos permitido a Satanás que nos ataque por ahí. Hemos minimizado el pecado de la glotonería; mas la biblia no ignora este pecado. Primera de Corintios 10:7 nos dice, 

“No sean idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó para divertirse.” (RVA-2015)

Aquí el Apóstol Pablo conecta la glotonería con la idolatría. Este es el vacilón, comer, beber, concentrase en el entretenimiento y el despliegue de los deseos de la carne. En el Viejo Testamento la glotonería era castigada severamente,

Si alguien tiene un hijo testarudo y rebelde, que no atiende a la voz de su padre ni a la de su madre, y que no los obedece a pesar de que lo castigan,19 entonces su padre y su madre lo llevarán ante los ancianos, a la entrada de la ciudad donde viva, 20 y dirán a los ancianos de la ciudad: “Este hijo nuestro es testarudo y rebelde; no atiende a lo que le decimos, y además es glotón y borracho.” Deuteronomio 21:18-20 (RVC)

El Cuerpo de Cristo está llamado a ser un pueblo disciplinado; el Apóstol Pablo nos dejo ese ejemplo.[3] Le pregunto, ¿cuándo el mundo nos mira, piensan en nosotros como personas disciplinadas? Los retos a que entren a cualquier templo en donde se reúnan cristianos y, les aseguro que la gran mayoría están gordos y obesos. Vemos los que predican desde el púlpito condenando la fornicación, la pornografía, el abuso al alcohol, las drogas, las películas R, hablando de que están en victoria y que tengan fe en Dios, mas con barrigas que parecen que están preñados.

Hermanos, esto no debe ser así, la indisciplina comienza con la adicción a la comida y de allí afecta nuestros malos hábitos en otras áreas. Nos quita la energía, nos daña nuestro carácter, trae depresión, ansiedad, nos roba la salud, nos hace vagos e idólatras. 

El Apóstol Pablo establece que como gentiles no estamos llamados a seguir las tradiciones judías, mas establece claramente que hay cosas que si tenemos que seguir, confirmando el punto que estoy tratando de hacer,

Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: 29 que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien. Hechos 15:28-29 (RVR1960)

No estamos llamados a comer nada que sea sacrificado a ídolos. Hoy día te preguntarás ¿Cuáles son las comidas dedicadas a ídolos? La versión moderna de semejante idolatría son las comidas procesadas. En otras palabras, la comida no creada por Dios. Se estima que el 80% de los productos que compramos en los supermercados son genéticamente alterados. 

Si hoy quieres cambiar tu forma de alimentarte, si quieres dirigirte en la dirección de una buena salud, comienza con hacer un pacto de no comer nada procesado. ¡Este es un buen comenzar en la sanación de tu cuerpo! Es nuestra responsabilidad como cristianos.


[1] ¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, que mora en ustedes, el cual tienen de Dios, y que no son de ustedes? I Corintios 6:19 (RVA-2015)

[2] Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. I Tesalonicenses 5:23 (RVR1960)

[3] Por eso yo corro así, no como a la ventura; peleo así, no como quien golpea al aire. 27 Más bien, pongo mi cuerpo bajo disciplina y lo hago obedecer; no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo venga a ser descalificado. I Corintios 9:26-27 (RVA-2015)


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