“La Iniquidad”
(Todos los versos utilizando la Reina-Valera 1960)
Seis cosas aborrece Jehová,
Y aun siete abomina su alma:
17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa,
Las manos derramadoras de sangre inocente,
18 El corazón que maquina pensamientos inicuos,
Los pies presurosos para correr al mal,
19 El testigo falso que habla mentiras,
Y el que siembra discordia entre hermanos. Proverbios 6:16-19
Hay una diferencia muy marcada entre el pecado y la iniquidad. La Biblia es muy clara en decir que todos pecamos. El Apóstol Juan nos dice “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.” (I Juan 1:8) La palabra pecado es la palabra griega hamartia que significa “fallar el blanco.”[1] Fíjese que aquí queremos hacer lo correcto; darle al blanco; pero fallamos. No lo hacemos a propósito o intencionalmente, pero pecamos como resultado de la parte pecaminosa de nosotros “la carne”.
Muchas veces pecamos en nuestros lugares secretos y nos avergonzamos cuando nos agarran en pecado. Hay convicción de pecado, hay arrepentimiento sincero y en muchos casos quebrantamiento. Mas el inicuo es diferente, como nos dice Proverbios 6:18, estos son personas que se apresuran para correr a hacer el mal. En otras palabras, tienen una agenda demoniaca y la disfrutan a cabalidad.
La iniquidad no se esconde, la iniquidad es pública; es una celebración de lo malo; exalta lo que va en contra de Dios. La iniquidad se promueve en los lugares de influencia: el gobierno, los medios sociales, la prensa, los deportes, las industrias del entretenimiento, etc. La iniquidad llama a lo malo bueno y a lo bueno malo; confunde la verdad y se rebela totalmente en contra de la Ley de Dios. Cuando vemos al mundo celebrar cosas que son completamente en contra de la Palabra de Dios, tales como el homosexualismo, el aborto, la fornicación, etc. estamos viendo el despliegue de la iniquidad.
La iniquidad no tiene conciencia ni compasión. La iniquidad justifica el que viola sexualmente a niños, mujeres y hombres. La iniquidad justifica los asesinatos; se gloría en la violencia y el terrorismo. La iniquidad roba sin importarle que otros trabajaron arduamente por lo que tienen; toman y arrebatan lo ajeno como si fuera suyo.
El cristiano peca, pero un cristiano verdadero nunca puede caer en iniquidad ya que caer en iniquidad es seguir una agenda demoniaca, como venimos explicando, es la celebración del pecado y la maldad. El Apóstol Juan nos dice, “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.” (I Juan 3:9) Aquí Juan nos habla de la práctica del pecado; en otras palabras, estilos de vida pecaminosos.
Continúa…
[1] W. E. Vine, Merrill F. Unger, and William White Jr., Vine’s Complete Expository Dictionary of Old and New Testament Words (Nashville, TN: T. Nelson, 1996), 576.
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