Muchas nos encontramos en situaciones en donde nos queremos dar a conocer. Ya sea en el trabajo queriendo que el jefe note nuestro esfuerzo, quizás un proyecto personal que queremos presentar al mundo, una invención o en la sociedad en general. Hay un grito en el corazón del hombre por ser alguien y por hacer la diferencia.
A veces, en nuestras ambiciones, buscamos el ser conocidos y notados por personas que han alcanzado cierto grado de éxito. Queremos utilizarlos como trampolines que nos lancen al éxito. Mas hoy quiero que prestes atención a las palabras del salmista David,
Jehová, tú me has examinado y conocido.
2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme. Has entendido desde lejos mis pensamientos.
3 Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos,
4 pues aún no está la palabra en mi lengua y ya tú, Jehová, la sabes toda.
5 Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano.
6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; ¡alto es, no lo puedo comprender!
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