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Muchas nos encontramos en situaciones en donde nos queremos dar a conocer. Ya sea en el trabajo queriendo que el jefe note nuestro esfuerzo, quizás un proyecto personal que queremos presentar al mundo, una invención o en la sociedad en general. Hay un grito en el corazón del hombre por ser alguien y por hacer la diferencia.

      A veces, en nuestras ambiciones, buscamos el ser conocidos y notados por personas que han alcanzado cierto grado de éxito. Queremos utilizarlos como trampolines que nos lancen al éxito. Mas hoy quiero que prestes atención a las palabras del salmista David,

Jehová, tú me has examinado y conocido.

Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme.
Has entendido desde lejos mis pensamientos.

Has escudriñado mi andar y mi reposo,
y todos mis caminos te son conocidos,

pues aún no está la palabra en mi lengua
y ya tú, Jehová, la sabes toda.

Detrás y delante me rodeaste,
y sobre mí pusiste tu mano.

Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí;
¡alto es, no lo puedo comprender!

Salmo 139:1-6

(Reina Valera 1995)

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